Adoro ese estado en el que el sueño y el hambre juegan con tu mente.
Escucho una voz, ¿acaso será la tuya?
No asusta, ni impresiona.
Invade mis sentidos y me emociona.
El gato al lado mío duerme y ronronea y no se da cuenta.
¿Por qué cuando imaginamos no podemos ver nuestros propios pensamientos?
Es como varios recuerdos mudos y vagos.
Es como aquella vez cuando te vi, me miraste y preguntaste: ¿Quién será esa bella señorita?
Y yo respondí con un sonrojo en mis mejillas.
Al rededor la gente iba y venía.
Va y viene.
Es y será.
No estoy muerta, ni estoy viva.
Estoy enferma.
Y me refugio en los rincones dentro de mi cabeza.
Viajando al pasado y a mundos desconocidos.
Algunos lo llaman: Locura.
Son las 3:30 de la mañana y sólo se me ha ocurrido: lucidez silenciosa.
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